
A día de hoy quiero visualizarla en sus brazos, en aquel convento de diez habitaciones que restauró y convirtió en un hotel con encanto para parejas enamoradas.
Los días pasan muy rápidos y Fabiana, Lucilda, Javichu y compañía siguen junto a ella... porque son familia y ya no sabrían vivir los unos sin los otros.
Puede que de vez en cuando, aquellas luces de escenario que acariciaban su piel cada noche... le ronden con la idea de secuestrarla para volver a verla vestirse de ninfa nocturna y a pasearse unicamente envuelta en un feliz marabú violeta...
Es entonces, cuando rescata las canciones de Miranda! y le hace un pase privado al Dr. Egosite mientras le susurra al oído que nunca, nunca, nunca... se separará de su lado. Y eso, que a ella... los nuncas, nunca le han gustado.

7 comentarios:
Por fin vuelves. Te extrañamos (al menos yo)
No me lo puedo creer! que alegría me he llevado al ver tus letras! No nos vuelvas a dejar que, aunque ya tienes a tu familia, nosotros también lo queremos ser y queremos acompañarte en tus ratos de tecleo en el ordenador! Feliz regreso.
Yo me quedo con que Gipsy ha encontrado su sitio y la calma que quería.
Si algún día me animo iré a su casita a pasar unos días.
Abrazos
Gipsy Rose encontró su sitio... y a mí me gustaría seguir encontrando tus palabras, aunque sea de vez en cuando ^^
Hasta cuando desees ;)
He sido una lectora anónima, pero merece la pena salir del anonimato para decirte que vuelvas...
No podía acabar el año sin pasar por tu puerta, y dejar un ramillete de cariños.
Me ha encantado ver que te has asomadoa la ventana. Sigue haciéndolo, somos muchos que como una tuna estamos rondándote.
Un beso, y no feliz año, feliz siempre Gipsy...
He pasado a dejarte un abrazo muy fuerte y desearte todo lo mejor para este año que ya comenzó.
Déjate ver de vez en cuando.
Besos y Feliz año!
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